lunes, 8 de marzo de 2010

Susceptibles a la manipulación, “cerebro tribal”


¿POR QUÉ COMPRAMOS UN ARTÍCULO (O TENDENCIA POLÍTICA) SI VA ASOCIADO A UNA CARA CONOCIDA?

El Yo tribal es algo relativamente viejo en la psicología. Hay un área de nuestro cerebro dorsal denominada “claudate nucleus” relacionada con el aprendizaje y la credibilidad asociada a nuestra mente tribal y que activa un mecanismo reminiscente de ese pasado. Según la Universidad de Rotterdam en donde se ha estudiado este efecto, en el pasado la seguridad del individuo residía en “ser conocido y que te conozcan los que son conocidos” porque ahí, en el grupo, residía la seguridad de supervivencia. El mecanismo inconsciente que hoy día todavía se desencadena por ejemplo con el famoseo es “si yo conozco a fulano, entonces ellos me conocen a mí”. En otras palabras, estoy protegido.


Por el contrario, el sentimiento de estar fuera del grupo, es decir, lo peor que le podía pasar a un ser de la era tribal, es sentirse ajeno al grupo: sinónimo de muerte segura. Es por ello que el rechazo social sufrido por un individuo genera dolor físico y se ha llegado a detectar que cuando nos sentimos socialmente inferiores se activan dos zonas de nuestro cerebro; la insula y el striatum ventral. La primera se relaciona con el encogimiento del estómago relacionado con el sentimiento de inferioridad y la segunda, con la motivación y la recompensa. En este principio puede residir el la base del éxito del “star system” y todos los mecanismos de manipulación de esta sociedad del espectáculo en la que vivimos.

Explicaría, por ejemplo, por qué la gente busca "refugio" en su equipo de fútbol. La sociedad en la que vivimos, basada en la competitividad, deja al individuo ahíto de conexión humana en el mundo del trabajo, que es un “sálvase quien pueda” por miedo al despido. El individuo es una mera pieza de la máquina de la productividad, que se desecha con la misma facilidad de un cartucho de tinta ya exprimido. Ante ese miedo atávico a quedarse fuera del grupo de “los que sirven” (el paro), el individuo busca consuelo en su tribu deportiva (su equipo). Ni que decir tiene que este sistema no es por casualidad y hoy día ya sabemos que los Juegos Olímpicos, Futbol, Circo Romano, fueron un invento para ello.

¿Y el famoseo? Gracias a estudios, comprendemos el deseo inconsciente de querer conocer las vidas de unos seres que salen en las revistas o en la TV. Hace años eran aristócratas, después “artistas”, ahora ya, ni eso; la razón es bien sencilla, se han dado cuenta de que, en realidad, no importa a lo que se dedican, basta con hacer a unos seres anodinos, famosos. Cuanto menos piense el famoso, menos pensará la masa. Esos seres tribales, que no han desarrollado su consciencia del Ahora, no gobiernan sus vidas y sólo buscan la seguridad que les da “pertenecer a algo” o “conocer a ese famoso”. De esa manera, evitan el pánico a la exclusión social. Simplemente, están viviendo en pánico y por tanto fácilmente manipulables.

Por Rafael Palacios

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